Una de las grandes ventajas que tiene el continente europeo es la posibilidad de ver un buen número de países si se viaja en transporte público o coche. Por este motivo, hay muchos grupos de jóvenes que cada año se lanzan a la aventura y deciden pasar un par de semanas de un lugar a otro, corriendo aventuras, disfrutando de la cultura y divirtiéndose mientras viven experiencias inolvidables. Aquí os proponemos un trayecto que se pueden realizar.
Budapest y Praga
Entre las dos ciudades hay una línea de tren en la que se puede viajar muy cómodo y si se decide conducir, en cinco horas se puede uno presentar en la otra ciudad. Una distancia nimia para cualquier conductor.
La belleza de Praga
Praga es la ciudad que parece una maqueta a tamaño real. Un lugar precioso, de ensueño y muy habitual entre los turistas españoles. La Plaza de la Ciudad Vieja, el Castillo de Praga, el Puente Carlos o el famoso Reloj Astronómico merecen tanto la pena como deambular por la ciudad.
Budapest , a orillas del Danubio
La capital húngara permite disfrutar de uno de los ríos más espectaculares de Europa. Cenar en un barco que transita por el Danubio no es un caso excepcional ni un plan demasiado caro. Dicen que Budapest sorprende por sus precios y el ambiente. Es una ciudad en la que cualquier visitante se integra con facilidad y en la que no se va a encontrar grandes agobios de gente.