Si existe una ruta ferroviaria de gran extensión en nuestro planeta, esa es la que realiza el ferrocarril Transiberiano. Muchos habrán oído hablar de ella, une Moscú con Vladivostok y pasa por infinidad de localidades en su recorrido de 9.288 kilómetros que atraviesa hasta ocho zonas horarias y cuyo recorrido completo supera la semana. Sin duda toda una aventura que parte de la Rusia más occidental hasta el oriente más alejado.
La línea Transiberiana se terminó a principios del siglo XX, en 1904. Aunque hubiese distintas clases y quien pudiese permitirse el viajar en cómodos reservados, un viaje de este estilo suponía un gran esfuerzo para todos los viajeros. Era un trayecto lento y sin la tecnología que se dispone hoy día.
Aunque actualmente se quiera mantener el ambiente de aquellos años, los habitáculos son más cómodos, el frío exterior apenas se filtra al interior de los vagones, recordemos que estamos en Rusia y esta ruta se realiza a diario, y el servicio de bar y cocina también ha avanzado mucho. A lo que se puede sumar la salubridad y la posibilidad de recibir asistencia médica en caso de enfermar.
Hay ocasiones en las que el viaje es el objetivo por encima del destino. El Transiberiano dura una semana en la que estaremos encerrados en el tren la mayoría del tiempo, habrá sus paradas, pero no nos dará tiempo a ver demasiado. Además, las localidades donde se detiene ya han adecuado su entorno para sacar beneficio económico del turista, por lo que más que ver las ciudades, nos encontraremos con multitud de comercios.
Muchos de los que viajan en él también son turistas y están abiertos a charlar y entablar amistad con los demás pasajeros. Como experiencia puede resultar muy agradable si se da con la persona adecuada.
Pero este viaje también requiere su inversión, al traslado con Moscú, Pekín o las ciudades que deseemos en las distintas rutas que hayamos cogido, debemos sumar el visado, nuestra alimentación y el billete del mismo tren… es raro que el precio nos baje de los 1700 euros. También os recomendamos que cojáis un seguro de viaje que os solvente cualquier problema de salud que se pueda tener en países como Rusia, Mongolia o China.
Al echar cuentas puede parecer un precio elevado, pero también es un viaje único y, vistos los días que tarda y las opciones de entretenimiento, posiblemente realicemos una vez en la vida.