Ahora que llega el frío puede que a alguno le entren las ganas de buscar desesperadamente el sol, y entre las múltiples opciones existentes, puede que le surja la curiosidad por ir a un desierto en busca de calor, entender cómo se vive allí y disfrutar de un viaje distinto. Esta opción, no tan descabellada como les puede parecer a algunos, se ha convertido en la buscada para quienes buscan viajes low-cost.

Túnez.

Túnez es uno de los países árabes más baratos a los que puedes ir, y encima encontrar un gran abanico de posibilidades. Por Túnez han pasado distintas civilizaciones –fenicios, romanos, bizantinos, árabes…- que han dejado múltiples edificios, o ruinas, que nos harán sentir en otra época. Uno de los más conocidos es el anfiteatro romano de El Djem, también conocido como el Coliseo de Thysdrus, y que es el mayor anfiteatro de África, y cuarto del planeta. Pero también encontraremos playas, turismo de lujo para quien lo desee y rutas por el desierto. Multitud de empresas ofrecen recorridos y rutas organizadas por distintas zonas y poblados.

Australia.

En el otro extremo del planeta se encuentra Australia, un lugar rico en desiertos donde nos podemos encontrar con el Desierto de Simpson. Aquí se pueden ocurrir distintas maneras de recorrerlo, como puede ser en vehículo motorizado o bicicleta. Sea cual sea el modo de atravesarlo que elija, deberá pedir un permiso e ir con provisiones de sobra para pasar unos días. Puede que un país como Australia nos dé mayor confianza, pero en la naturaleza más extrema, como pueden ser los desiertos, lo mejor es no dejar nada al azar. Aquí también encontraremos multitud de empresas con distintas ofertas y que recomendamos visitar antes de emprender la aventura.

Marruecos.

El Desierto del Sahara es la zona desértica más extensa del mundo y Marruecos un gran desconocido para muchos españoles a pesar de estar a escasos kilómetros del país. Si queremos un viaje más corto y no demasiado caro, podemos ir hacia el sur y visitar un lugar tan rico y cultural como Marruecos. Allí nos podremos acercar con rapidez al el desierto del Sahara, del que se puede observar su maravilla sin necesidad de adentrarse demasiado ni arriesgarnos a perdernos. Rutas, camellos, cultura bereber… desde Marrakech podremos transportarnos a un lugar mágico.