Jamaica es una isla caribeña, situada muy cerca de Cuba, a sólo 150 km. Decimos que Jamaica es un viaje en el tiempo por su paisaje, por el ritmo de vida que tienen y porque conociendo la isla fuera de los hoteles te das cuenta de las huellas de su pasado.
Jamaica fue colonizada por los españoles en 1655 y posteriormente pasó a manos inglesas. No fue hasta 1962, una fecha muy reciente, que fue considerada una isla totalmente independiente.
En la isla, sus edificaciones recuerdan el pasado colonial, la época de la esclavitud… el carácter de sus habitantes es fruto de lo que este pueblo sufrió y aprendió durante siglos. Jamaica es un país rico en recursos naturales, atractivo para el turismo, pero con un sistema económico muy débil debido a su pasado reciente, como decía, la filosofía de sus habitantes es no preocuparse por nada… saben disfrutar de cada pequeña cosa que les da la vida. Son libres, y eso para ellos es lo más importante.
En Jamaica aprendes nuevos valores, si estás dispuesto a aprender de su gente, si sales de hotel y te acercas a sus ciudades y barrios populares.
Cómo no, como buena isla caribeña cuenta con playas de arena blanca, aguas cálidas y cristalinas y muchas zonas turísticas donde puedes desconectar de la realidad. La tuya y la de la isla.
Los hoteles suelen contar con playas privadas, algunos de ellos tienen exclusivas playas nudistas sólo para huéspedes. Además, como es habitual en los «todo incluido» cuentan con bares abiertos las 24 horas, zonas de restauración, piscinas, zona deportiva…
Si quieres visitar la isla puedes optar por contratar las excursiones dentro del mismo hotel o contratar a un guía nativo para que te enseñe la isla desde otro punto de vista.
En algunos hoteles es muy difícil conseguir guías turísticos o taxis, ya que tienen acuerdos de exclusividad con determinadas agencias. No es una mala idea traer los contactos de casa o las excursiones con una reserva previa.
El Jamaicano más universal es Bob Marley, así que si sientes curiosidad por este personaje puedes visitar la casa donde nació y se crió, su tumba y el museo que le han dedicado. Da igual en qué parte de la isla estés, el viaje será increíble y acompañado de espectaculares paisajes, casas coloniales, playas brillantes y música y colores por todas partes.
No puedes perderte la playa de Negril, Half Moon Beach, el Rick Café, Montego Bay... Si tienes la oportunidad visita algún mercadillo, la alegría y los colores, junto al olor de la fruta tropical son una de sus características.
Los jamaicanos viven principalmente del turismo así que es muy fácil que todos intenten venderte algo. Con ellos puedes regatear, les gusta hablar y son gente muy amable y agradable. Entienden que no les quieras comprar, así que ellos preguntan, es su trabajo, pero te respetan si les dices que no y no se ponen pesados.
Jamaica es otro de esos lugares del mundo donde el tiempo parece detenerse. Si te apetece pasar un verano en el Caribe visita Jamaica, y deja los problemas en casa.