La Antártida, el último continente descubierto, fue víctima en un principio del afán destructivo del ser humano. Tras las primeras exploraciones, la Antártida fue el escenario de la caza masiva de ballenas y de otros animales autóctonos como focas y elefantes marinos. La población de estas especies se vio drásticamente reducida hasta que la firma del tratado atlántico en 1959 puso fin a estas cruentas prácticas.
En la actualidad la Antártida es un territorio casi inhóspito, dedicado únicamente a la exploración científica. Esto quiere decir que no existe una población permanente en el continente, solo el personal de las distintas bases científicas establecidas en la masa continental o islas de la Antártida.
Esto no significa que sea imposible visitar este continente, ya que existe la posibilidad de viajar a la Antártida y de explorar sus glaciales, sus mares y sus relieves montañosos.
Las opciones disponibles a la hora de viajar son muchas pero principalmente son la siguientes:
Es importante recordar también que la Antártida es el lugar más frío de la Tierra, donde se pueden alcanzar temperaturas de hasta – 90ºC, por lo que casi la totalidad de expediciones y viajes se realizan en los meses más cálidos; normalmente entre diciembre y febrero, coincidiendo con el verano de la Atlántida.
Como curiosidad cabe destacar que en la Antártida, dada su ubicación, en verano los días tienen luz las 24 horas del día y, por el contrario, durante el invierno los días permanecen en una constante penumbra.
La Antártida constituye uno de los lugares más maravillosos del planeta, un lugar donde el hielo y la luz se juntan para crean asombrosas combinaciones de colores, y donde la existencia de territorios todavía por explorar le proporcionan esa mística que tanto caracteriza al continente helado.